Escriure un relat, poesia, conte o assaig amb la frase tens la paraula.
TENS LA PARAULA
Són les paraules
reflexe del pensament,
també del sentiment,
portaveus del cor i
la raó
i, gairebé sempre, el
preludi d'una acció,
més llunyana, més
propera, al llarg del temps.
Però només les
paraules que ens despullen,
les que ens mostren
tal com som
allà on estimem i ens
estimen,
es manifesten colze a
colze amb el dolor aliè
i posen en perill el
poder de déus i tirans,
seran paraules dignes
de ser pronunciades o escrites.
Tens la paraula,
la valuosa opció de
construir.
No la malvenguis.
Mai la menyspreïs.
Que mai et traeixi.
Exercici 2:
Escriure un relat, poesia, conte o assaig en relació aquesta imatge:
Niños de incierto
futuro,
cuando no amputado,
cuando no
inexistente,
hijos del horror y la
barbarie,
exponente vivo del
progreso
al servicio del dolor
y la sinrazón,
no hurtéis jamás al
mundo vuestra imagen:
Que habite
permanentemente en nuestras conciencias,
en la historia de las
vergüenzas
y en las vergüenzas
de la historia.
Convertid en lucha
vuestras miserias
y sean denuncia
vuestros patentes traumas y secuelas
contra la violencia
de los sistemas,
sus instituciones y
mandatarios,
y la de los grandes
lobbies financieros
que, en la sombra,
pergeñan las guerras,
las provocan y
desatan,
y colocan sus alfiles
al mando.
No nos rinda su
poder.
Algún día,
tal vez ya no muy
lejano,
hallaréis la justicia
que hasta ahora se os ha negado.
Los grandes próceres
que hacen hueco hoy en sus agendas
para vender sus
mejores ángulos y perfiles,
en el falso propósito
de ofrecerse solidarios,
serán juzgados y
condenados por los mismos tribunales
que encarcelaron a
los mayores genocidas de la historia contemporánea.
Y ojalá que vuestra
imagen,
horror y barbarie en
grado máximo,
presida y castigue
entonces cada minuto de su vida carcelaria.
Exercici 7:
Escriure amb el disparador bona nit un conte, assaig, poema o relat.
Duermes, desnuda,
impregnando el aire
que respiras
del aroma de tu piel
de espuma.
Y yo finjo ser
oscuridad,
noche,
para depositar mil
besos
en tus labios
dormidos,
latir contigo,
perderme en tu sexo..
Jugar con tu
ombligo..
A oscuras,
y en silencio,
te exploro
y bebo a sorbos en tu
boca
hasta que, sin que
llegues a abrir los ojos,
te poseo.
Te poseo como un
diablo.
Como el diablo posee
a sus elegidas.
Te sumerjo aún más en
el sueño
y sueñas un coito
eterno,
desenfrenado..
poderoso..
Y sueñas al tiempo
que gimes y jadeas..
Cada vez con jadeos
más intensos.
Decenas de bocas
besan tu pecho
y una lengua de fuego
recorre tu cuerpo.
Te revuelcas en la
cama,
cambias de posición
la almohada,
la estrujas entre las
ingles
y hacia ellas llevas
las manos,
al tiempo que tus
dedos trabajan tu sexo,
ya completamente
mojado.
Comprimes los muslos,
no controlas los
espasmos.
Tres fuertes
latigazos
sacuden tu cuerpo de
arriba a abajo.
.. Entreabres los
ojos..
Ves mi rostro, no el
del diablo.
Soy oscuridad.
También noche.
Pero yo, ningún
diablo.
Descansas..
Conmigo va el polen
con que regaste la
almohada
y tu olor a sexo de
madrugada.
Exercici 8:
Escriure en relació a la soledat una poesia, assaig, relat o conte.
Apetece a menudo
estar solo y no tiene por qué ser una mala elección.
Es más, puede ser
incluso la mejor en no pocas ocasiones, siempre y cuando nos tengamos, en
nuestra buscada soledad, a nosotros mismos.
Compromiso
existencial -jamás angustia-, prefiero meditar sobre las lagunas de mi ser real
a profundizar en los océanos de mi no ser. Y no porque me aterre descubrir,
iniciarme en un proceso de reconocimiento allí en circunstancias íntimas que me
desconozco.
No. En absoluto temo
a los fantasmas de mi no ser pero me basta con lo metafísico de mi existencia,
los planos que a día de hoy conozco, para llevar a término mi destino con
complacencia.
Y es en soledad, en
deseada comunión con ella, cuando y donde opto por corregir conceptos erróneos,
limpiar a fondo mis rincones y enderezar conductas equívocas a partir de mi ser
real.
Practicando el ser
solitario, abundando en la reflexión, aprendemos a no ser tan generosos con
nuestros errores y a reforzarnos en aquellas convicciones que garantizan nuestra
coherencia.
¿El problema?.. El
problema surge cuando no estamos solos sino privados de nuestro yo, vacíos.
Saber reaccionar al
menor atisbo de vacío, desmotivación o insensibilidad se hará imprescindible
para no caer en un cul de sac, en un viaje de difícil retorno. Sabiéndonos
enfermos, decir mañana será siempre llegar a destiempo.
La soledad no es
mala. Es, como digo, al menos para mí y no infrecuentemente, beneficiosa. Estar
vacío, sin embargo, es estar muerto. Esa es la diferencia y en su apreciación
nos va la vida.
Exercici 9:
Exercici lliure.
Exercici 9:
Exercici lliure.
DÉU.. CONDICIONAT O
MACARRÓ?
Diuen de Déu que és
omnipresent
i que és a tot arreu.
A tot arreu menys en
les guerres,
la misèria,
en el cos escanyolit
d'un nen famolenc.
Diuen també d'Ell que
és omnipotent,
que tot ho pot.
Tot menys que la
marginació proliferi
i la mort i
l'infermetat
s'encruelin en cosos
joves i innocents.
I és probable que
així fora.
Que fos omnipresent i
que tot ho pogués.
Però després de crear
l'univers
alguna cosa va
succeir que desconeixem,
potser la història de
l'Àngel Caigut
no és com ens la
expliquen
i potser no ens ha
d'arribar cap Anticrist
perquè és l'Anticrist
qui fa segles que ens domina.
Obviant la més que
possible circumstància
d'un Déu i un
Anticrist inexistents,
donç si així fos cap
sentit tindria aquest poema,
millor creure en un
Déu condicionat,
captiu d'algú amb més
força que Ell,
i esperar al fet que
s'alliberi d'aquests lligams.
Descobrir
l'existència d'un Déu indolent o macarró
seria tot un
escàndol,
submiria als seus
fidels en un profund abisme
i el que és pitjor,
una autèntica catàstrofe
- pobrets homes de
porpra! -
... faria pols les
finances de l'església en un tres i no res!
Exercici 11:
Escriure un relat, poesia, conte o assaig en relació a una d'aquestes tres paraules:
Arpa,corda i ploma.
Cada vez que se
encontraba con ella, con su querida arpa, su vida, cúmulo de sinsabores y
atonía,
experimentaba un giro
espectacular hacia la grandiosidad. Sus dedos, única parte del cuerpo de
la que sentíase orgulloso, no se
cansaban nunca de acariciar sus cuerdas con la devoción y arrebato con que se
trata, por ejemplo, al primer amor. Eran los únicos momentos del día, realmente
los únicos, donde, borrado el fantasma de la desesperación que le acechaba
desde hacía años, podía aislarse en su particular burbuja de satisfacciones.
Aquella mañana, sin
embargo, era especial, muy especial. Sus dedos, que no tenían la frescura de
otros días, se olvidaron de las piezas habituales y fueron arrancando del arpa
las notas de un Requiem desgarrador y premonitorio.
Apenas transcurridos
unos minutos, el timbre de la calle sonó con insistencia en el interior de la
vivienda. Sin inmutarse ni mostrar interés en saber quien llamaba, el arpista
interrumpió el concierto y, asistido de la cizalla que tenía sobre la mesa, dejó
huérfana a su compañera de una de sus cuerdas. Cogió el hilo de acero entre sus
manos e hizo dos nudos corredizos en sus extremos. Luego, con la estilográfica
que su difunta esposa le regaló en su primer aniversario de boda (la ocasión lo
requería) escribió en un folio su definitivo adiós a la vida.
A continuación abrió
la ventana que daba al patio de luces, colocó como pudo el instrumento en el
marco, se cercioró de
que no podía causar ningún daño y lo precipitó al vacío. Podían quedarse con
todo pero no con su arpa. Jamás acabaría su fiel compañera en un comercio de
objetos de segunda mano.
Después se subió a
una silla, descolgó la lámpara que pendía del techo de la habitación, fijó uno
de los lazos de la cuerda al perno y otro a su cuello, desplazando la silla con
determinación.. y se ahorcó.
Cuando los
funcionarios del juzgado entraron en la vivienda tras descerrajar la cerradura
de la puerta de entrada, encontraron su cuerpo desvencijado, ya cadáver, y la
nota sobre la mesa, anunciando el cómo y por qué de su muerte. A su lado,
notario de excepción de su suicidio, la pluma que le regaló su esposa en aquel
primer aniversario de boda, cuando aún se prometían mieles de éxito y
reconocimiento social
y nada hacía presagiar tan aciago final.
El propietario
recuperó la vivienda, no sin lamentar reiteradamente los alquileres no
percibidos, el arpista puso fin a su existencia y su arpa reventó su
grandiosidad contra el cemento del patio de luces. Pero la vida, lo que
llamamos y entendemos como VIDA en mayúsculas, siguió sencillamente su curso,
sin reparar en ello. Como si nada hubiera ocurrido, como si nadie se hubiera
quitado la vida, tal vez porque ésta, concretamente ésta, acostumbra a
escribirse siempre en minúsculas.