Escriure un relat, poesia, assaig o conte amb el disparador bona nit.
Del libro “Buenas
noches, luna” que acompañó sus años más tiernos
“Buenas noches, habitación. Buenas noches, luna...”
Así solía despedirme de ella, ya que las noches hacían que se perdiera. Se marchaba y me dejaba aquí, sólo, pensando, preguntándome a donde iría y si regresaría pronto a éste maldito mundo que la marchitaba día tras día, que la machacaba, porque su alma, agitada constantemente, se iba agrietando, poco a poco, por el peso con que, sin ella quererlo, le tocó cargar.
Así solía despedirme de ella, ya que las noches hacían que se perdiera. Se marchaba y me dejaba aquí, sólo, pensando, preguntándome a donde iría y si regresaría pronto a éste maldito mundo que la marchitaba día tras día, que la machacaba, porque su alma, agitada constantemente, se iba agrietando, poco a poco, por el peso con que, sin ella quererlo, le tocó cargar.
Quebradizo corazón vítreo castigado por ésta sociedad cuya
verdad subyacente está podrida, y devora las almas de las buenas gentes hasta
que ésta es corrompida o hasta que desfallece en un vano intento por mantener
su moral intacta, y así salvarse del deterioro psíquico y somático al que a
ella llevaron desprenderse de la única realidad en la que coincidimos dichosamente.
Y la oía gritar gritos inaudibles apagados por una almohada
que debía empotrar contra su cara, roja y húmeda, cómo una esponja que absorbía
todas las lágrimas que le caían incesantemente sin que eso aliviara apenas el dolor
que escondía en sus carnes.
Luego, la cascada de lágrimas cesaba, sus ojos se apagaban, su boca enmudecía, su tenso rostro ya no hacía muecas de horror, ni su mente agonizaba: su cuerpo perecía. Y aún sintiéndola tan lejos, me aliviaba verla así, porque sólo estaba bien allí, donde quiera que fuera.
Impotente, sentía que se me iba y tenía miedo de que algún día, efectivamente, no regresara, mas sabía que sólo así podía vivir (o más bien, sobrevivir), con aquella vida onírica: tan ausente, tan ida, como muerta, pero al menos, viva...
Luego, la cascada de lágrimas cesaba, sus ojos se apagaban, su boca enmudecía, su tenso rostro ya no hacía muecas de horror, ni su mente agonizaba: su cuerpo perecía. Y aún sintiéndola tan lejos, me aliviaba verla así, porque sólo estaba bien allí, donde quiera que fuera.
Impotente, sentía que se me iba y tenía miedo de que algún día, efectivamente, no regresara, mas sabía que sólo así podía vivir (o más bien, sobrevivir), con aquella vida onírica: tan ausente, tan ida, como muerta, pero al menos, viva...
“...buenas noches estrellas, buenas noches cielo, buenas
noches ruidos del mundo entero.”
Exercici 13:
Escriure en relació a l'estiu un conte, assaig, poema o relat.
Exercici 13:
Escriure en relació a l'estiu un conte, assaig, poema o relat.
Fred d’estiu
Encisat pel sol que irradia
cel amb rajos de crémor,
cec d’aquesta llum eterna.
Saps on para el teu dolor?
Rere núvols i tempesta,
cel blau-negre i lluna plena,
et contemplen ulls d’estrella.
Xiuxiueig a cau d’orella,
bufa el vent, la brisa fresca…
Sents el cor que se’t desperta
en record d’un vell tresor
que marxà massa de pressa
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