sábado, 27 de octubre de 2012

Treballs Alberto Lendinez

Exercici 2:

Escriure un relat, poesia, conte o assaig inspirant-se en aquestes tres imatges:







Imatge 1


Busco por los nichos los huesos de un fantasma del pasado…

Busco el otoño en las hojas
de un árbol de invierno,

Y la fruta del manzano en
el consuelo de mis hermanos
 

¡Maldito el marchito recuerdo!

¡Malditos los huesos del pasado!

¡Malditas las hojas y el fruto
con el que jamás debió haberse jugado!

Busco por los nichos los huesos de un fantasma del pasado…


Imatge 2


Libre ante un mundo con cadenas,

Libre, con sus gozos y sus penas,

Preso ante un mundo callado,

Preso ante un mundo amurallado…

Libre ante el mundo, el mundo en un muro,

El muro que, con temor y rencor
alzamos por miedo a recobrar el corazón




Imatge 3


Mar y tierra entre los labios,

Miel y azúcar en sus manos,

No hay sangre en las espinas de los tojos,

Pues no hay mayor placer ni antojo
que un beso dado con los ojos.



Exercici 3:


Escriure dins l'espai limitat d'una postal, una història en
un lloc distant de la nostra residència habitual a un amic, familiar, parella etc.
La història havia d'estar inspirada per la frase escrita a
l'altra cara de la postal.

Hola Rho,
Te escribo esto con la esperanza de que no lo leas jamás.
Me encuentro perdido en medio de la más absoluta nada, únicamente con un bolígrafo y una postal que encontré por los mercados de sueños de esta tierra.
Desearía que estuvieses aquí conmigo, tan sólo si fuese capaz de no verte.
Todo me recuerda a ti y, sin embargo, no puedo olvidarme de tantas otras cosas… ni siquiera sé el porqué estoy escribiéndote esto, si es improbable que guardes algún tímido esbozo de mi en tus recuerdos.
Así que me despido con un saludo, esperando encontrar la soledad entre el murmullo de la gente, ya que con su indiferencia encuentro el consuelo que no encuentro en mis deseos más intensos.
Alberto Lendínez
C/ Caminos del Alma 9
27375 Villaverde, Madrid



Exercici 4:

Del llibre que estàvem llegint utilitzar com a disparador la primera frase o paràgraf de la pàgina 69.




“Sobre sus desmesurados y redondeados hombros descansa un casco, unido al tronco por una especie de articulaciones”


Erich Von Däniken: “Recuerdos del futuro”


E.V.A


Podía apreciar parte de su rostro brotar de entre las cavidades del casco. Sus ojos, estáticos, susurraban palabras y lágrimas muertas, expresando una frialdad impactante y terrorífica. La nanotecnología obraba milagros hoy día, y nos tubos ni las piezas mecanizadas con las que habían reconstruido parte de su cuerpo la hacían una chica diferente a la que yo me enamoré.
Dejé escapar un suspiro mientras observaba el monitor con sus constantes vitales, ahora estables. Los recuerdos, imbuidos por el incesante metrónomo de la máquina, bombardeaban mi mente con imágenes desfiguradas de un pasado conjunto y de un futuro incierto; del momento en el que el tiempo dejó de tener sentido para ella, al igual que para mí.
- Ella volará alto – repetía mi subconsciente. – Se alejará de ti y de todos, del cielo y del mundo… pero, sobretodo, de ti. Ella será éter, estrella, planeta, universo… y tú, tan sólo podrás contemplarla.
La idea de no poderla tocar, ni de despertarme con su pelo acostado sobre mi pecho no era capaz de concebirla. Podría decirte que me arrepiento de aquella noche, que me arrepiento de haberte cortado las alas… pero te mentiría, a ti y a mi mismo.
Estaba fuera de mí. Tus besos ya no me sabían a miel; sabían a abejas. Tu lengua envenenaba mi alma, menguando la sensación de placer y libertad que mi mente años atrás había forjado, y que no iba a ser capaz de dejar escapar. Tu sonrisa pícara era el centro de todas las miradas, y las mías eran puñales directos a aquellos impresentables que creían tener el derecho de disfrutar de tu figura. Sentía ira, rabia, celos… miedo. Sentía mucho miedo, pánico, terror… y sólo podía hacer una cosa para apaciguar dichas emociones.
Al llegar a casa, te ataqué a traición. Ironía del destino… con cada golpe, me liberaba del caos interno, y lo proyectaba en ti… sentías miedo, pánico, terror… podía olerlo, podía palparlo en cada caricia violenta que te regalaba. Mis manos seguían el ritmo incesante de la locura, mientras tu vida taladraba tu alma para salir poco a poco entre suspiros y llamaradas. Tu sangre iba creando hilos que unían mis dedos con tu cuerpo… y tu mirada se paralizó, se volvió estática: se murió. La estrella, que años atrás brillaba, se apagó.
Ante el macabro escenario, no podía hacer otra cosa más que reírme a carcajadas. Mientras recogían tu cuerpo y hacían las pruebas pertinentes, yo te observaba desde la sombra, secundando todas las decisiones que tomasen los médicos para comenzar un nuevo camino juntos, sin que nadie se interpusiera entre nosotros. Volvería a hacer brillar a la estrella, y su luz sólo podría acariciarme a mí. Te presenté a la muerte, pero ahora te devuelvo la vida.


Exercici 5:

Escriure un relat, poesia, conte o assaig en relació a un fet viscut el cap de setmana.


Metamorfosis

La lluvia era ácido para sus mejillas…
Con una chaqueta negra y encapuchado, caminaba cabizbajo con la música como única guía, rehuyendo el gentío que se congregaba en la calle de la iglesia para visitar el mercado medieval que, muy a su pesar, se había preparado ese fin de semana.
Con un nerviosismo temeroso, deseaba no encontrarse con ninguna cara conocida, en especial con una…
En un arrebato infantil, se quitó las gafas mientras se repetía a sí mismo:
- “Ojos que no ven, corazón que no siente”
La multitud iba quedando atrás y las calles cercanas de la principal restaban solitarias. Era el escenario propicio para despojarse de su resguardo y permitir a la luz artificial de las farolas dar la bienvenida a su desnudo rostro.
Caminando cuesta arriba, llegó a una urbanización transitada sólo por el viento y el rumor de las hojas de otoño. Su seguridad iba aumentando con cada paso, y su semblante serio y miedoso se transformaba en una picaresca mueca, rebelde frente el paisaje que se alzaba en el horizonte.
- No deja de ser una curiosa crisálida – pensé para mis adentros, mientras observaba en un espejo al caminante.
Sus recuerdos cobraron vida. Se veía a sí mismo y a ella separados por un muro invisible de prudencia y respeto. Unas miradas esquivas que perseguían una sonrisa furtiva. ¡Y pensar que un solo gesto de aprobación bastaría para alegrarle el día…!
Pero todo se esfuma en un segundo y, frente a una puerta, el caminante detiene su marcha, mira el reloj y da media vuelta. De nuevo, nervioso; de nuevo, inseguro; de nuevo, perdido; de nuevo, su capucha cubre su rostro.
Y, entre tantos sentimientos confusos, la letra de una canción le susurra al oído:

“Aprendiendo a perder en cada paso que das”


Exercici 6:

 Escriure un relat, poesia, prosa o assaig  en relació aquesta cançó.

Limbo

Paseando por los rincones de mi mente, en un estado de shock perpetuo, descifrando las sombras y los mensajes de los recuerdos, me paro a descansar en el lago de los futuros inciertos mientras observo a dos niños jugar con un balón de fútbol en muy mal estado, usando como portería los troncos de dos pinos.
Mi yo, absorto en sus pensamientos sigue con los ojos el ir y venir de la pelota, el monótono ruido del pie golpeando el cuero, las risas de los chicos…
Aquello, que le estaba enviando un constante mensaje cifrado al pasado, optaba por ignorarlo. Seguía centrado en sí mismo, en un presente acomodado en una especie de limbo; entre el ayer y un mañana parecido.
De golpe, un balonazo le sacó de su coma cerebral. El impacto le hizo recobrar la lucidez. Uno de los chicos, (el rubio de los rizos de oro y ojos melosos) se acercó a mi yo y le preguntó:
- ¿Está bien, señor?
- Sí, pero tened más cuidado, pequeños – respondí
El niño sonrió y se disponía a marcharse, pero antes, se volvió a girar y me preguntó:
- ¿Usted se acuerda de cuando era pequeño?
Anonadado ante la impertinente pregunta, miré de un lado a otro y me humedecí los labios. ¡Qué pregunta más estúpida! ¡No soy ningún vejestorio! En fin, tan sólo es un niño, un estúpido y soñador niño…. Tras una risa forzada, respondí:
- Prefiero no acordarme
El niño me miró y se rió a carcajadas. Se reía de mí; un niño, un niñato malcriado e insolente se estaba mofando de mí. Ante mi descolocada imagen, el niño volvió a mirarme y me respondió:
- ¿Y entonces, qué hace aquí?
El tiempo y el espacio se detuvieron. Todo se torno blanco, gris, negro… Todo se desvanecía entre símbolos codificados que no entendía. Los árboles, el río… todo desaparecía ante mis ojos, mientras el niño se iba.
Sólo entonces me percaté de que todo lo que me rodeaba era mi yo, yo mismo. Yo era el río, el tronco del árbol, incluso era el vacío… yo era todo… menos el niño.


Exercici 7:

Escriure un relat, poesia, conte o assaig utilitzant com a disparador bona nit.

25 de noviembre

- Buenas noches, mediodía – decía. – Ya hace tiempo que me quitaste la alegría; las ganas de luchar por el futuro yacen en mis manos, hoy vacías. Me has quitado los guantes, y me has vestido de agonía. Buenas noches, mediodía…
Con su cráneo abultado y sus ojos medio cerrados, dormitaba en la laguna del suspiro, esperando que su cuerpo respondiese, sin efecto. Su cuerpo, de un niño entrado en años, adolescente en una enfermedad atrapado, hacía oscilar su cabeza, para combatir el sueño que Morfeo le otorgaba para que prescindiera del dolor de sus últimos días.
En sus labios se veían las hojas secas de primaveras marchitas, y una sonrisa de aceptación e inocencia compartida con aquellos que le acompañaban en su travesía.
Sin más fuerzas, se rindió al sueño de mediodía, mientras escuchaba en el salón la televisión, y a su madre y abuela cuchichear preocupadas. Unos pasos dirigidos hacia la habitación del chico y el ruido de una puerta entreabierta desestabilizaron el curso natural de los acontecimientos.
-¿Otra vez intentando dormir? ¡Pero si no has hecho más que dar cabezadas, hasta despierto!
- Mamá, lo siento, pero sólo me quedan fuerzas para eso…
Con una mueca de aceptación obligada, salió de la habitación de su hijo y realizó una llamada. Sin huir del destino que ambos compartían, se vistió y se sentó a esperar que la visita llegara. Pasada media hora, unos hombres con camilla se dirigieron hacia el santuario del muchacho, le acomodaron y se lo llevaron. La noche ya había ganado, también, la batalla al mediodía.
De camino al hospital, el chico dormía. Su madre le miraba con el amor que una madre mira a su chispa de vida. La esperanza se perdía con cada paso, día a día… Pero ninguno de los dos lo demostraba ¡más les valía!
De nuevo, postrado en la camilla de su habitación de hospital, su segunda casa. Unas pruebas nuevas para valorar la situación, y un disparo certero en el corazón.
- Su hijo no va a salir de aquí. No tiene solución. Su lucha ha sido larga, admirable y con valor. Lo lamento, y para lo que haga falta… avísenos, por favor.
La madre no ríe, la madre no llora. Entra en el cuarto, y se sienta a su lado. Le mira a los ojos, y el chico despierta.
- ¿Qué te han dicho mamá?
- Tranquilo, cariño. Las defensas bajas de nuevo, ¡algo sin importancia! Unos días ingresado, y después volveremos a casa.
- ¿Podrán venir mis amigos el fin de semana?
- ¡Por supuesto! Cómo han hecho siempre. Como cada semana…
El chico cerró sus ojos de nuevo, y por fin se durmió. La luz del sol iluminó su cara, mientras él, sumido en un sueño sin fin, luchaba por volver a abrir los ojos otra vez.
Su madre, entera y angustiada, se le acercó al oído y le susurró:
- Buenas noches, vida mía. Aurora del alba, luz del día. Gladiador orgulloso, samurai de la vida. Dulce de leche, campeón de la liga. Maestro y alumno de la crudeza de tus días. Que enseñaste a combatir a ese monstruo con bondad y alegría. El destino te sacó de mis entrañas, y hoy te arranca ese pedazo que nos une y nos separa.
Buenas noches, corazón; buenas noches, vida mía.



Exercici 8: 

Escriure en relació a la soledat un poema, assaig, relat o conte.


Soledad, que me acompañas cada día… rindes cuentas a los amaneceres y a las noches tardías. Intocable pero afable, e incluso sensible, a la vez que guerrera. Que nadie te coja ni te suelte, que nadie te mire ni te vea, que nadie, sin quererlo, te quiera…

Consejera y armónica consorte, resorte de mis penas y alegrías. Escuchas mi interior y mi flujo de conciencia. Soledad es mi cabeza, mis recuerdos, mis proezas. Soledad es mi canción, mi orgullo, mi fortaleza; aquella que ha forjado las rugosas escamas de mi corteza, cuya pieza ha conformado el súmmum de mi existencia. Pues venimos de ella, y de ella nos arrancan. Nacemos para más tarde huir de ella, mirando a cada punto de un escenario vacío, esperando encontrar un pedestal y un cariño parecidos; una mano que acaricie los pilares del destino, y unos labios que nos brinden comparsa en el camino.
¿Compañía? ¿Qué buscamos en la vida? ¿De qué huimos cada día? ¿De aquello de lo que venimos? ¿De nuestra fantasía?

Incompleto, entre el sollozo y el gozo de verme único y cortejado. De verme anclado en un poema cuyos surcos me conforman y completan. Honrado de sentirme el poeta de mis sueños y de mis rarezas, que recrean en mi espacio la soledad para una compañía perfecta: mi pasado, mi futuro y mi certeza

Soledad, dulce compañía… no me desampares, ni de noche ni de día. Que si abandonas mi costado mi inocencia está perdida, y los lobos del camino ágape harán de tu despedida…


Exercici 9:

Exercici lliure.


La Rata

Asfixia el aire nublado del atardecer. Los ácratas se mezclan con la corrupción y el proletario en un escenario de floreciente decadentismo.
Los tacones de aguja perforan las huellas descalzas de un mendigo que, a ritmo de acordeón, colorea la densa bruma de un tumulto zozobrado por la imagen de un opresor. No hay gozo ni congoja, sólo fatiga y desgana.

De las vías del tren emerge una alimaña grísea, curiosa y desgarbada, que olisquea con un puntiagudo hocico los ferrosos rieles y come de la broza depositada en ellos. La mirada de repulsión que el roedor provocaba en aquellos individuos trajeados del mismo color que el ambiente despertaba, al mismo tiempo, el interés y la sonrisa de los pocos niños y letrados que esperaban la llegada de un tren que no llegaba.

Ignorando haberse convertido en pasatiempo de la multitud, continuaba su costumbre de supervivencia en el oscuro y gélido túnel de la estación. Los viajeros se sumaban al espectáculo, compartiendo opiniones sobre el cómo podía seguir viva aún, siendo admirada su sabiduría y supervivencia. Los extraños, extrañados por encima de todo.

De entre la aglomeración, se alzan dos hombres vestidos de hierba y tierra hablando por radio, con una basta caja rectangular, bordeada por los extremos de los listones con varillas de latón y aluminio que conformaban unas rejas y éstas, a su vez, una prisión. Tras recibir las órdenes pertinentes del interlocutor al otro lado del transmisor, abren la puerta de la jaula. Con un brinco se asoma un felino de mirada garza y pelaje metalizado. Su expresión era idéntica a la de aquellos escondidos en la arrogancia de sus trajes y maletas; a los encasillados, con una precisión técnica y competente, como la máxima aspiración de una sociedad en ruinas. La displicencia del camarada gatuno se transformó en celo al percatarse de la presencia en la escena de la rata. Con un murmullo desafiante serpenteaba por el borde del escalón de las vías, sin quitarle ojo de encima al roedor. La rata, por su parte, atisbaba la clara superioridad de su portentosa figura y sus garfas sin tan siquiera modificar su posición.
Tras unos segundos de tensión, el gato maulló agresivamente y saltó hacia la rata, quien hábilmente eludió y escapó de su zambullida, profundizando hacia el interior del túnel.
El gato, imbuido por su instinto depredador, se dirigió raudo e impasible hacia su víctima.

La oscuridad era cada vez más densa, pero la competencia del felino no le permitía echarse atrás. Un paso en falso de la rata la hizo caer y ser presa fácil para una de las garras del gato. El chirrido estridente de dolor se solapaba con un maullido de satisfacción y una vibración cada vez más cercana. Unos faros iluminaron rápidamente el escenario el cazador y la presa. El gato, extrañado, gira su cabeza para toparse de frente con una muerte metálica y monocolor. Al cesar el ruido, el rojo tiñó los rieles, y el silencio permitía escuchar el pálpito sofocado de un corazón y un sentimiento.
El roedor se puso en pie y olisqueó curioso el cadáver de la competencia.

La astuta rata de cloaca, de instinto y sentido; la letrada rata de biblioteca, superviviente entre las ruinas de la sociedad y vida, del conocimiento y la ignorancia. La rata, grisácea, se tornará de otros colores, según la luz del día. Pues hoy, la pequeña perseguida y despreciada contempla una realidad finita, y ante la muerte de su yugo, camina hacia el final de un túnel, por ahora, sin salida…



Exercici 10:

Escriure en relació aquest quadre (L'ancià dels dies) un conte, poema, relat o assaig.




El Anciano de los Días

Hoy me siento turbio, como el día. Las nubes rodean con sus brazos fragmentos de una alegría en unos recuerdos deformados. Unos cristales rotos en una noche de tormenta y unos dedos arrugados que encendían una lámpara de menta. Un rostro agridulce y sereno, con un cabello cobrizo y una mirada gris, rasgada. Una sonrisa temblorosa y transparente…

Con una caricia esbozabas en mi mente una muralla creciente que nadie podía derrumbar, junto a un susurro de serpiente me arropabas, entre las sábanas de unos rezos inocentes, mojadas por las lágrimas y el sudor de un pájaro enjaulado en las ramas de un árbol bajo una tarde fría de noviembre. Eras el farol de mi conciencia, la vela de una habitación desierta, el ahora y el siempre de la luz de unas farolas sirvientas a los ojos de las centellas en una noche de tormenta…

Pero el trueno quebró tu voz y tu bombilla y, apoyado en mis rodillas, en una cama junto a la luz nocturna del día, tus manos no temblaron ni dibujaron nuevas alegrías. Tu pálida sonrisa iluminaba como un rayo aquella habitación, hoy vacía; como un faro alumbra a los náufragos de unas olas remanentes y frías.

Tú ya no estás, pero tu imagen es mi guía. Pues siempre que las nubes hacen esclavo al cielo de penas y agonías, tu recuerdo me hace ver tu cuerpo acostado en las fotos de un momento en un espejo reflejado. Y aunque llueva, los truenos, no me emanan; pues estando en mi cama he sentido la luz de tu bombilla en el sol de la mañana.



Exercici 11:

Escriure un relat, conte, poesia o assaig en relació a una d'aquestes tres paraules:

Arpa, corda i ploma.


Sinfonía Agridulce

“Tengo un pájaro enjaulado que no hace más que llorar…”

Despierto entre reflejos de un atardecer tardío, mientras mis ojos se intentan acomodar a los fulgurantes rayos naranjas y rojos que la paleta del cielo tiene pintados. En el exterior tan sólo se escucha el transcurrir de los vehículos y las luces ratifícales de sus faros y las farolas; en el interior de mi casa, en mi interior, un murmullo provocado por el nervioso aleteo del ave prisionera en mi caja torácica.

Me levanté del sofá, (aún algo traspuesto) y me puse mi chaqueta granate: Necesitaba inhalar aire menos contaminado que el de mi ambiente; necesitaba huir de ese refugio que se había convertido en mi cárcel.

Recorrí más de tres manzanas hasta que encontré un pequeño bar que ya había frecuentado tiempo atrás, en días mejores. El local tan sólo disponía de una lámpara de techo con una suave luz que, sin conseguir ser cálida, sumía más aún en la oscuridad la barra y las mesas de los alrededores. Tras sentarme en un rincón apartado de la gente miré al camarero con desgana y pedí el cóctel típico de la casa, cuya mezcla teñía de rojo el líquido alcohólico del vaso en el que dibujaba pequeños círculos con mi dedo índice. No me gustaba, pero cada vez que tomaba un sorbo, notaba la reactivación de mi sangre, como si quisiera escaparse de mis venas.

A medida que bebía todo se nublaba más, así que mi mente ideó una búsqueda exhaustiva de sintonías libres de interferencias para intentar colorear un poco el ambiente y reanimar al pájaro enjaulado entre mis costillas. De pronto, otra lámpara se encendió, iluminando con una luz algo más fuerte y blanca lo que sería un escenario con un instrumento resurgiendo de entre las sombras a manos de un hombre: un arpa.
Las primeras notas de esa suave sinfonía taladraron mi cabeza y alteraron por completo al prisionero, que no paraba de palpitar desesperado. Mi agobio aumentaba con cada nota y mis sudores comenzaban a hacerme temblar. Sin pensármelo dos veces, me acabé de un solo trago el vaso de sangre y salí del bar a las calles nocturnas, con un paso acelerado y atormentado. A medida que me alejaba las notas del instrumento eran cada vez más fuertes y se hacían más presentes en mi cabeza, hasta el punto de ser capaz de ver mis manos tocando el arpa, convirtiéndome en el arquitecto de aquellos días en los que era el encargado de amenizar con melodías las sombras vacías de ese turbio y maldito local.

Al llegar a casa, cada sol y cada la retumbaban en las paredes y los muebles. Los res y los mis me alzaban un puente hasta el armario de mi habitación y me incitaban a coger la vieja cuerda de nylon que escondí por mi propia seguridad la última vez que toqué en el bar. Una vez mis impulsos cedieron a la cautivadora melodía, un grupo de síes separados entre ellos por unos tensos segundos hicieron que mis manos ataran la cuerda mientras notaba los nudos alrededor de mi garganta. El pájaro escapó de mi caja torácica dejando tras de sí una de sus plumas y el concierto terminó abruptamente, tras la rotura de una de las cuerdas del arpa y el descontento general hacia aquel músico que vestía con una chaqueta granate.


Exercici 12:

Escriure en relació aquesta imatge un poema, relat, assaig o conte.




Laberinto de Palabras

¿Dónde está? ¿Dónde la encuentro? La palabra que podría (si quisiera) darme aliento. La palabra que me busca y que, al buscarla, tampoco encuentro.
¿Dónde está ese monosílabo? Necesito que mis labios lo pronuncien… que sea oído por aquel que me venera como a un héroe… cuando en realidad tan sólo hago que esconderme tras sonrisas y besos inconscientes, hundiéndome aún más en este laberinto de palabras cálidamente afiladas.
Deja de decirme l oque, tiempo atrás, moría por escuchar. Deja de atarme con sogas de algodón y mordazas de cristal, ¡déjame gritar! Que hoy mis sueños se comparten con imágenes pasadas y con días de soledad. Déjame a un lado, ¡déjame respirar! Deja que me encuentre y me equivoque una vez más. Tan amargo es el destino, tan cruda la realidad… tan pesada son mis manos cuando me intentas abrazar… alargando una mentira que agoniza con cada paso que da; con cada pregunta que haces: ¿Me quieres? ¡Pues yo más!

No, no te quiero, no te puedo soportar. Eres un sentimiento precioso y codiciado, pero no te sé aprovechar. Amor, no me llames, déjame pasar en soledad éste puente, no me vuelvas a llamar. No digas que me necesitas, porque yo te he necesitado aún más. Eso es, “no” era la palabra… y no la volveré a olvidar.


Exercici 13:

Escriure en relació a l'estiu un relat, assaig, conte o poema.


Los Girasoles Amantes

Una mañana nubosa de verano en la que el sol se intenta abrir paso a trompicones, brillando a ratos gris, a ratos rojo, inunda la inmensidad de un campo de girasoles que se desviven por girar allá donde la luz les guíe. Éste acto tan mecánico para la supervivencia de estas plantas ha sido siempre la máxima aspiración de su especie, aunque siempre haya excepciones….
En lo más profundo del campo, dos girasoles cabizbajos no muestran interés alguno por el sol que brilla en el cielo. Ella, un poco más joven que él, permanece inmóvil mientras las hojas de su mano poco a poco se entrelazan con las del otro. En mitad del acto, levanta su mirada y sonríe tímidamente, mordiéndose el labio inferior y volviendo a bajar la mirada. Él, por su parte, acaricia con el extremo de sus hojas los dedos de ella, mientras refleja una mirada perdida hacia el horizonte. Con el paso de las horas, se aventuran a un roce que toma cada vez más y más contacto, siempre dando la espalda a la espalda de los demás girasoles.
Ella apoya su cabeza sobre él, y éste la sujeta con dulzura por el tallo de su cintura. Nuevamente ella levanta su mirada hacia él, le vuelve a sonreír y le abraza con fuerza por el cuello, mientras suspira y piensa en una especie de ideal vacio, en un todo y una nada constantes y parecidos. Él apoya su barbilla sobre los pétalos de su cabeza y siente cómo la protege de todo mal viviente, mientras mira al sol y se pregunta el por qué deben girar por un una estrella brillante e intangible que no siempre puede verse en el cielo:

- “Todos giran sin voluntad ante el sol de cada mañana” – pensó – “mas yo no necesito más sol que el que tengo ahora mismo entre mis brazos”
 Tras esa pequeña reflexión, la mira, suspira y vuelve a cerrar sus ojos.

(…)

La noche llega, acomodándose en los párpados de los girasoles. Los amantes, sin embargo, disfrutan en las sombras de una cómplice luna de unos besos que permanecen en el recuerdo de ambos a medida que los segundos se transforman en minutos, y continúan bebiendo del néctar de sus labios aún sabiendo que es sacrilegio no seguir las leyes que la naturaleza ha destinado para ellos. Pero, convencidos a ratos, se imponen ante sus creencias y sus realidades: él gira por su sonrisa y sus andares y ella por sus cualidades.
Pasan los días y ambos se sienten débiles. No se alimentan del fruto que engendran sus pasiones, y las hojas, tallos y flores se marchitan poco a poco en sus corazones. Él permanece firme, sobre ella, abrazándola inmóvil. Ella, apoyada en su pecho, mira a escondidas al cielo buscando ese sol, a ratos gris, a ratos negro. Ambos son conscientes de que el juego no era más que un deseo inconsciente de amores convergentes, de sensaciones que comparten firmemente, de sentimientos que se compenetran a pesar de no saber siquiera qué es lo que sienten.

Fue entonces cuando ella alzó su cabeza al sol, para poder sobrevivir, para no arriesgarse a rebelarse contra las leyes de unos ideales que oprimían su cabeza y su pecho; y él, siguió mirándola, simplemente para seguir viviendo.

Así fue como, dándole la espalda a la espalda de ellos, los girasoles amantes, a escondidas, giraron en un sentido inverso. Y muy pocos supieron su historia, sus sentimientos o sus sueños… No porque ellos lo quisieran, sino porque, al parecer, eso era lo correcto.



martes, 16 de octubre de 2012

Treballs Ingrid Garasa


Ingrid Garasa


Exercici 1:

Escriu un poema, conte, relat o assaig amb la frase tens la paraula.

TENS LA PARAULA

Fa massa fred. Les seves mans petites no poden parlar encara, la vermellor i la timidesa esclaten dins la tardor emocional.
L’ està esperant, espera a la Joanne, la noia de pensar excèntric però silenciós. Ulls que trenquen sempre . Apareix a la floristeria amb abric vermell, cabells recollits, llavis pinzellats per la candidesa. L’Anna somriu. S’abraçen i entren al café. I només hi ha el seu silenci, la resta és,segurament, aquell soroll sintàctic, sintàxic i sintètic de la resta dels mortals.  I ara, les mans de l Anna ja no són el pecat d Adam. Començen a parlar,  es mouen, juguen amb l’aire i  després de tants  anys de silenci  imposat li diu a la Joanne:  ,\,,/ T’ estimo.



Exercici 2:

Escriure un relat, poema, conte o assaig inspirant-se en aquesta imatge:





 Dolorosament real ,tant que esdevé fílmic, teatral.  El blanc i negre   sobre la sang,  sobre la pell que cruix, plors que juguen amb el sense sentit, amb  aquella ombra que els contes dibuixen  només de biaix.
50 estels i avions de napalm , 1000 graus de patir en un nord de crits infantils. Què diuen els moviments convulsos, els caminar incerts i els ulls del fotògraf precís?

Les arrels joves de l’ arbre ballen un vals que està a punt d’ acabar, i el pèndol  em diu que tot
pot tornar a passar, és així, la fidelitat amb el dolor, amb el caos, amb la desintegració.

Silenci:  rellisquen , ja, els míssils que esgarrapen el teló de la incredulitat.



Exercici 3:

Escriure dins l'espai limitat d'una postal, una història en un lloc distant de la nostra residència habitual a un amic, familiar, parella etc.


La història havia d'estar inspirada per la frase escrita a l'altra cara de la postal.

¿Sabes? Está sonando "Inverno Grigio" y me penetras con los ojos de la ausencia; no recordaba, además, que fueras capaz de resquebrajar la falda de mi mente sin romperla.

¿Te he dicho que sólo hago que mordisquear el humo de tus cigarrillos y jugar al ajedrez con tus palabras sin más protección que mi fina piel?

Tu cabello es mucho más largo que el mío, por él escalan notas sostenidas , y yo ,tímida, te lo cojo como el pez que se aferra a sus tres segundos de memoria.
Y sí, hace tiempo aprendí a subir escaleras, pero no las tuyas: jamás me enseñaste a hacerles el amor con sosiego, sólo con la consonante "d" de dolor, tal vez con la "m" de misterio y por supuesto con la "a" de angustia y la "e" de electricidad.
 
La verja del profundo jardín huele a hierro y a sangre. La lamo, eres tú. Me lanzo y te clavas en mí, no me dueles,me elevas, pero muero, no aguanto.



Exercici 4:

Del llibre que estàvem llegint utilitzar com a disparador la primera frase o paràgraf de la pàgina 69.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste”, del poema Canción a una muchacha muerta, extraído de La destrucción o el amor, Vicente Alexandre, página 69.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
Esa casa tuya que teje ovillos de lana gris y mirada lánguida,
Y los gatos que llevan días entrando sin pausa por la ventana.
Marrones, negros, blancos y rojizos y quieres deslizarte bajo la cama de vagones inhóspitos.
Sospechas que Ligeti va a romperte con sus cuchillos melódicos de notas frías y sintéticas
Mas la aguja de droga dura la tienes ya clavada en la vena de Kronos.
El silencio felino enmascara tu soledad, y cual enredadera, la danza de la muerte escala tu mente.
Fumas tu último cigarrillo en el suelo, aparece la sombra de la luz
Y esa cintura , ese débil volumen de un pecho triste.




Exercici 5: 

Escriure un relat, assaig o poesia en relació a una experiència viscuda durant el cap de setmana.


Vallcarca, caminars sota les llums de les set i pujada per la muntanya esglaonada. Cada escala redimia els meus pecats. Però tot   deia  que m’estava perdent en el dèdal dúctil de l’ascens que  Dante va anomenar  Purgatori. Sí, arribava ja a l’últim dels tres jardins, el pèrfid vermell. Però,  a diferència dels pecadors de la Divina Comèdia, que sentien esperança en cada  nou pas, jo volia arribar a l’infern d’aquella  nit de febrer. Per què? perquè era vitalista, Nietzscheà, amb un punt melodramàtic però ben realista. Així que  no hi havia res més grat que sentir- se ateu en aquell moment. Saber- se àliga allunyada de tota moral, sentir que l’aire dels eterns passadissos del metro eren els crits dels àngels portadors d’espases de foc que  perdonaven, una mica més si s’esqueia, les esgarrapades de les meves vides passades.

Mirades ennuvolades entre la calor humana d ‘hora punta urbana. Intentava escriure paraules concises, lineals i depurades, però aquell viatge m ‘ho impedia. Sabia que en el fons m’esperava el regne del paradís.

Faltaven,segons les indicacions del meu guia, menys de cinc minuts per arribar-hi. Els rius Lete i l’Eunoe em seduïren. No vaig dubtar en beure del primer, que em va fer oblidar els meus errors.  I quan la pluja va començar a cridar el seu nom, la porta va obrir-se. Ell va aparèixer , ràpid i embolcallat pel fred. I amb ell , el riu Eunoe, del qual també  vaig beure i em va fer recordar tot allò positiu de temps enrera.

Ambdós vam  transhumar. El cau era allà, blau, verd, potser també vermell. El segon viatge acabava de començar. No era ara un viatge Dantià,però, n’era un de mortals que no tenien gaire por als seus pecats.



Exercici 6:

Escriure un relat, poesia, assaig o conte en relació aquesta cançó.

Hear our prayer

Haikus


Té primaveral
Lluvia cereza mi alma
El atardecer

De noche fresca
Plateado el arroyo
La luna gime




Exercici 7:

Escriure un relat, poema o conte utilitzant com a disparador bona nit.


No me puedo  rendir un jueves, me digo y dice la canción. Han sido las mejores buenas noches en mucho tiempo, ella añade. Y entonces su cuerpo vibrante e iracundo se lanza al vacío lleno de agua salina, invertida, discípula de un día susurrante, un día real pero glaseado.

Es el azúcar glas de un pastel que nunca se llega a comer, el azúcar glas  del mejor pastel de chocolate  jamás hecho, pero que queda solo en la mesa de un cumpleaños ya marchito.  Y bien, el teléfono no sonará hasta las dos de la madrugada, cuando él llegue a su destino oculto entre montañas y edificios y ella se mueva entre sábanas en el espacio básico.

Y nunca supo los motivos de desear a los desconocidos unos buenos días, unas buenas tardes o esas buenas noches. Puede que en la inmensa soledad humana necesitemos sentir el abrazo ajeno de esas dos palabras en boca también ajena.  Porque es algo aterrador no saber qué nos espera en la puerta de entrada a la mañana o  en la de la noche.  No sólo los que no creemos en Dios percibimos que, en cualquier momento, algo surrealista podría hacernos desaparecer como un “delete” elimina una palabra  sin contemplación.  Por eso se agradece, tiernamente, cándidamente, el adjetivo más el sustantivo, buenas tardes, buenas noches.

La humedad le lame y luego le arranca sus pies que caen bajo la cama. No sueña esta noche pero sí visiona una nueva franja en su vida, indefinible e hirviente. Él ha llegado bien, los cuadros rojos de su camisa levitan por el camino hecho y su voz monta el pentagrama de la inquietud de la distancia.  Sus buenas noches se convierten en algo más que un sedante, en mucho más que un formalismo, devienen una capa más de anclaje, de humanismo humanista, de vitalidad lumínica, de noches que serán buenas, sí.




Exercici 8:

Escriure en relació a la soledat un conte, assaig, poema o relat.


Són hores  corredisses d’ infants que només saben de l’ara
Ordiers que juguen amb l’horitzontalitat d’un estiu ja proper
Les ombres del temps, però, passen pels càndids i pels vells
I els manxons de la  teva  voluptuositat esperiten la meva sang
Torrella sobre la que visiono l’obstinat aparellament felí
Un dia més en què la distància  ejacula paraules i retrets
Dins  d’una expansió de l’univers tercejat pel teu amorós esperit



Exercici 9:

Exercici lliure.



Apostar, saber, intuir


Apostaría fácilmente  que tus pecas son escala de color
También diría que cuando tu cabello galopa el aroma del café  relincha ausencia
Y si bien sé que eres olmo de fortísimo tronco, también intuyo que eres bambú  cimbreante.
Dudo en llamar a tu puerta porque ya no llueve y no tengo porqué  resguardarme
Voy con el paraguas bajo el sol y mis medias húmedas ríen sin compasión
Sé que  no duermes sobre guisante oculto  pero sí esperas el beso de la que yace en algodones
¿Te vendría bien un remiendo en la costura de tu alma para ver quién eres y qué haces?
¿O tal vez deberíamos pasar el libro de atrás hacia delante para dibujar un nuevo principio y un nuevo fin?
Apuesto ahora que ya es tarde para llamarte y decirte que te vengas a tomar un té.
Sé que tu cabello mojado está  polarizando  la pared roja de tu baño
E intuyo que acabas de romper la carta que encontraste ayer bajo la almohada. 


Exercici 10:

Escriure en relació aquest quadre (La Clau dels Camps de Magritte) un conte, poema, assaig o relat.



Dice la historia que una madre se inventó el cuento de la llave de los campos para hacer dormir a su hijo. El niño se llamaba Chálaki (el que vive en las montañas) y la angustia y desazón le vestían cuando el sol desaparecía.  Su papá llevaba tres meses fuera. Trabaja para los blancos cortando los árboles que tiempo atrás le habían dado estrellas, flores y mágicos silencios.
 La madre notaba el sudor frío de su querido hijo y es que ambos veían cómo las torres de cristal y humo avanzaban y avanzaban. Así que  Yun’ Wiyá le empezó a explicar el cuento: - No sufras amor, nosotros tenemos la llave de los campos. Ésta abrirá la tierra en dos cuando nuestro pueblo sea pequeño como tu ombligo. Entonces la lluvia cantará para que todo vuelva a crecer. Se pintará en el cielo un arco con flechas suaves que espantarán  a las sombras blanquecinas y luego hojas púrpuras y anaranjadas bailarán hasta crear nuevos hogares dentro de los bosques. El tiempo te abrazará fuerte y papá  regresará a nosotros, en este nuevo mundo. La llave cerrará las heridas, y también protegerá pájaros, ardillas, ríos y vientos.
-          Vuélvemelo a contar, mamá, vuelve, que ya no tengo tanto frío.




sábado, 13 de octubre de 2012

Treballs Adrián Guerrero:

Exercici 1:

Escriure un relat, poesia, assaig o conte amb la frase tens la paraula:



Tu tens la paraula; jo, el silenci. És aquell silenci que desbanca tota resposta ambigua, aquell silenci que contè més rotunditat i claredat com a resposta que qualsevol paraula emprada com a tal.


            La paraula, doncs, s’esforça per tal de disfressar de llisa honestedat el seu cos, un cos que, habitualment, es troba ple de bonys; el silenci, d’altra banda, és compost de la més pura i diàfana sinceritat.

    

Mentre la paraula es disfressa d’honestedat,

És el silenci qui, sens esforç,

S’encaixa el transparent vestit de la Veritat.


Exercici 2:

Escriure un relat, poesia, assaig o conte inspirant-se en aquesta imatge:





Supervivencia como modo de vida

Quizá sea propio de nuestra naturaleza lastimar a nuestros semejantes y no precisamente el ser buenos y clementes con ellos.

No es de extrañar que exista una ley desconocida por nosotros que se rija justamente por ese principio: da una buena vida a quien sigue esa máxima, a quien busca dolor ajeno, venganza y demás; en cambio, a quien ofrezca su ayuda al resto, a quien no le importen los méritos más que la propia acción y la buena intención, a quien se sacrifica desinteresadamente y siente que su propio bienestar se encuentra en el de los demás; a ése será quien le toque cargar con el peso del castigo de quien no cumple la ley natural basada en herir al prójimo; ése será quien sufrirá las injusticias, ése será quien recibirá toda clase de injurias, ése, cuya muerte tampoco será, al igual que su vida, digna y justa, será el apestado, la escoria desde los ojos de la naturaleza y el devenir. Pues, dime, ¿quién nos asegura lo contrario?





Exercici 3:


Escriure dins l'espai limitat d'una postal, una història en
un lloc distant de la nostra residència habitual a un amic, familiar, parella etc.
La història havia d'estar inspirada per la frase escrita a
l'altra cara de la postal.





Querido hijo, querido desconocido:

Antes de nada, es importante que sepas que el término ‘cultura’ posee varios significados, conteniendo todos ellos aspectos por los que el ser humano no debe dejar de interesarse. Existen, así, muchas de esas culturas, así como infinidad de hombres sujetos a ellas. Pero existe, hijo mío, una única cultura que no es comparable a todas las otras, en ningún sentido.

Muchos, demasiados diría yo, son los que comparten las características de esa cultura tan peculiar, sus costumbres y sus gustos; y todos ellos intentan obviar esos mismos impulsos que, al tiempo, despiertan a diario para alimentarlos. Esa cultura, hijo, es diferente al resto de culturas; ésta en concreto, a la que me refiero ahora, es la del depredador, la de la bestia que ignora su monstruosa personalidad y su afán destructivo.

Es, en definitiva, la cultura del hombre sin cultura.

Debes saber que una de las muchas definiciones de ‘cultura’ es un claro sinónimo de ‘humanidad’, pues no es otra cosa que saber estar, saber vivir y convivir, querer conocer tu alrededor y aprender a tratarlo como es debido, abogar por una armonía entre uno mismo y su entorno, creer en la honradez y la justicia como única forma de establecer un equilibrio y así aprender a apreciar tu propia vida al igual que las de los demás; y, por último, no perder nunca la curiosidad ni las ganas de ahondar en ese inmenso y turbulento océano que es el conocimiento, así como tampoco dejar de valorar toda la sabiduría que hayamos podido extraer de la única maestra que ha existido jamás, la experiencia.

Pues bien, aun así existe todavía quien menosprecia e incluso maltrata a la cultura, le falta al respeto y se interpone en su progreso. Esas son, precisamente, las personas cuya cultura se centra en no poseer cultura alguna. Mientras tanto yo sigo preguntándome: ¿cómo puede ser tan fría la sangre que esconden sus venas, cómo puede estar tan ciego para no ver que está lastimando al bien más preciado con que cuenta la humanidad?


Exercici 4:

Del llibre que estàvem llegint utilitzar com a disparador la primera frase o paràgraf de la pàgina 69.


De cuántas embarazosas discusiones le gustaría a uno librarse diciendo:

no quisiera seguir con esto, pues no soy yo quien habla en estos momentos, dado que  las palabras que digo no salen de mí; soy un simple mensajero y mi voz es únicamente el filtro por el que debe pasar el mensaje para ser entendido por el mundo.”

Pero no, eso no sucederá jamás, pues no existe nadie tan consciente como para darse cuenta de que está siendo controlado por algo que trasciende a su existencia y; además, las personas son ingenuas, vanidosas y muy engreídas, sobre todo cuando se trata de algo que tenga que ver con su propio beneficio o el aumento de su reputación, por lo que resulta complicado que reconozcan cuándo la proeza realizada no ha sido resultado de sus capacidades, sino que ha sido un capricho del destino. De esa manera, es comprensible que a mí se me presente como una sencilla tarea el hacerme dueña de sus mentes cuando me place.

Ah, esos humanos… Son seres interesantes al fin y al cabo. Y esas mentes de las que hablo son más que interesantes; en su interior se esconden misterios que ni los propios poseedores de esas mentes conocen. Y precisamente sólo ellos serían capaces de ahondar en ese oscuro e inmenso océano con tal de comprender dichos secretos y, aunque resulte increíble, podrían utilizar esos conocimientos todavía ocultos a modo de respuesta, como solución. Como salvación.

Yo, que me he dado cuenta de que puede resultar distraído adentrarse en los territorios vírgenes que se ocultan entre las tinieblas de esas mentes, me dedico a instalarme en sus inmensos aunque vacíos y oscuros aposentos para así iluminarlos con la luz que la verdad me ha otorgado. Yo soy el fenómeno que los hace retorcerse de placer o de dolor cuando los hago dueños, por momentos, de la lucidez más absoluta. Yo soy la causa de esos cortos instantes delirantes que bastan a esas mentes para percatarse del horrible caos que llevan labrando desde su génesis en los campos de su historia. Yo soy quien posee la llave de las portaladas que esconden las respuestas y yo misma soy quien decide a quién concederla.

Incluso ellos mismos se han dado cuenta de que existo, aunque no me hayan contemplado nunca, aunque no sepan nada sobre mí; me han bautizado; han vuelto a dedicar una palabra concreta a algo inconcreto, casi desconocido para ellos, un ente del que apenas conocen y a quien, al mismo tiempo, aprecian tanto y del que tanto dependen… Está visto que acaban cayendo siempre en los mismos errores. Aunque en este caso al menos yo sí puedo recompensarles con mi existencia; al menos no es en vano cuando me nombran, aunque sus sentidos no sirvan para percibirme, pues soy algo que permanece, que trasciende a sus propias vidas y a cualquier Dios que puedan llegar a crear.

Me divierte jugar con su progreso y con la salud de su civilización. Quién sabe, quizá acaben alcanzando la verdad con mi ayuda. ¡Se quejaban muchos de que ese tal Dios era cruel por ser todopoderoso y no ayudar aun así a sus hijos!; ¡si llegaran a conocerme…!

Si supierais que tengo la llave que abre la caja que contiene todos los misterios que os rodean pero que en realidad sólo os dejo mirar a través de la ranura de la cerradura…

Pues yo no soy otra que la musa incorpórea que rasga las cuerdas de la Historia, ese arpa que cerca se encuentra de quebrar y caer en el silencio eterno tras perder hasta la última de esas doradas cuerdas que mantienen vivo su sonido;; soy quien desde los inicios ha interpretado la antigua melodía del caos; soy quien se inspira en la tragedia para componer la sublime sinfonía del destino. Yo soy la Inspiración, nacida del sufrimiento, de la locura; de la verdad, de lo eterno.




Exercici 5:

Escriure un relat, poesia, conte o assaig en relació a un fet viscut el cap de setmana.

Adrián Guerrero
Destellos de oscuridad

Desde hace tiempo vive con cierto recelo. No puede acabar de estar seguro de algo, pues pasa todo su tiempo sospechando de la realidad en la que está viviendo. Está en continua alerta, intentando encontrar cualquier señal que pueda indicarle que se encuentra dentro de un sueño.

El pasado fin de semana, en la madrugada que unía al sábado con el domingo, sus sentidos volvieron a jugarle una mala pasada, pues él finalmente había conseguido lo que tanto había buscado. Sí, lo había encontrado, y tenía intención de mantenerlo. Pero en un instante fue testigo de cómo aquel bien tan preciado se desvanecía, sintió cómo el pesado telón de la realidad volvía a caer, ocultando una vez más todo lo que el inmenso escenario de su sueño tenía intención de mostrarle.

De esa manera, despertó, volvió en sí. Abrió los ojos pero no distinguió más que oscuridad, por lo que, instintivamente, hizo lo posible por abrir aún más los ojos, pero sólo consiguió que le dolieran. Esas pocas horas de sueño le habían bastado para obtener aquello que tanto había deseado, aquello en lo que tanto había pensado. Pero nada era lo que recordaba, nada era lo que su mente había almacenado.

Lo conoció durante poco tiempo, pero lo sintió de la manera más intensa; sintió que ello llegó a formar parte de su propio ser.
Y aunque aquello con lo que había soñado cayó en las tinieblas del olvido, la sensación que le había invadido trascendió las confusas barreras que se encuentran entre el sueño y la realidad, y quedó impregnada su alma de esa sobrecogedora sensación. Jamás antes había experimentado un contacto tan intenso ni había alcanzado un grado de lucidez y comprensión tal.

Esa revelación le proporcionó todo aquel conocimiento que siempre ha ansiado poseer, la solución que siempre ha querido obtener.

Siempre ha tenido ese tipo de sueños durante la noche, por lo que cada vez le resulta más complicado confiar en que realmente existe aquello que tanto busca o si, por el contrario, se trata, sencillamente, de un simple delirio causado por su escasa capacidad para conseguir establecer una armonía entre su propia existencia y el mundo en el que le ha tocado vivir; nada sino una mera ilusión que se ha creado en lo más profundo de su alma cuya razón de ser se basa en su desesperado deseo por encontrar una respuesta que probablemente no exista más allá de su mente, más allá de sus sueños.


Exercici 6:

Escriure un relat, assaig, poesia o conte en relació aquesta cançó.


Hear your Prayer (Yuki Kajiura)

Ciencia o ficción

Sobre vuestras cabezas se alza

el sagrado cielo que yo piso;

sobre la mía está ese infierno que

tornó en esclavo al santo más sumiso.



No existe versión más fiel del cielo

que la que se nos prohíbe ver;

rechaza la Verdad, universal anhelo,
tan sólo aquél que teme saber.

¿Dios? ¿Qué es, sino la ignorancia
con otra palabra a modo máscara?
¿Qué es, sino la única y cruel verdad;
sino la mentira que se pagó más cara?



Exercici 7: 

Escriure un relat, poesia, conte o assaig utilitzant com a disparador bona nit.


Así como todo fulgor
perece en la oscuridad,
y todo ardor
augura un final triste y fugaz,
con el gris beso del tiempo
Se tornó pálida la faz
de quien el oscuro sufrimiento
cegó de toda paz.


Exercici 8: 

Escriure en relació a la soledat un conte, assaig, relat o poesia.

La compañía de la soledad


No es lo mismo “estar solo” que “no estar con nadie que no sea yo mismo”. En la primera definición se excluye la compañía de cualquier persona, incluso la de uno mismo, mientras que en la segunda estás afirmando que te encuentras con alguien a pesar de no estar con nadie, es decir, que cuentas con la compañía de ti mismo, de tu conciencia, aquella persona que es quien menos te conoce y es a su vez quien más desea hacerlo. A menudo resulta extraño e incluso puede hacer sentir miedo el encontrarse cara a cara con uno mismo, y eso es porque no hay compañía más cercana e intensa que la propia; es comprensible que asuste el darse cuenta de que hay alguien tan cerca de nosotros que nos traspasa con la mirada y que arroja su aliento en nuestra conciencia. Curiosamente, al tiempo que es quien más cerca se encuentra de nosotros, es también a quien menos conocemos. Esto es así porque lo tenemos tan cerca que no existe la distancia suficiente entre nosotros que nos permita contemplarlo en su totalidad.

La experiencia de la soledad junto con la observación son lo único que puede ayudarnos a ensanchar ese diminuto espacio que nos impide distinguirnos a nosotros mismos, pues como ocurre con los demás, pasando tiempo con nosotros es como podemos llegar a conocernos.


Exercici 9:

Exercici lliure.


La humildad de la experiencia
  
¿Escribir quieres palabra alguna
Que en la Historia permanezca
Sin antes bañar tu pluma
En la tinta de la experiencia?

Las extensas llanuras del pensamiento
No conservan por siempre su fertilidad,
mas el hilo de cuanto experimento
Actúa como lazo entre mi ser y la humanidad,
Pues, a través del tiempo, lo que sé y siento
Será cuanto crezca en tierras de eternidad.
  
Así, bañada por la luz de la experiencia
ha de ser la flor de la enseñanza
si exhalar quiere aromas de trascendencia
cuando la brisa de la existencia
la acompañe en tan grácil danza.



Exercici 10:

Escriure en relació aquest quadre (Jove llegint una carta de Vermeer) un conte, relat, assaig o poema.




La escritura
  
Libre, al fin, galopa el caballo de tinta
por unos montes de papel nevados,

mientras, implacable,
el sol de la inspiración
el cielo esclarece
tras haber disipado
las nubes de la cordura,

bañando así de luz
la inmensa montaña,
para mostrar el camino
al tosco corcel que,
desbocado, cae…

…y es tragado por el abismo
que a sus habitantes ilumina
con la negra luz de la locura




Exercici 11:

Escriure un relat, conte, poesia o assaig en relació a una d'aquestes tres paraules:

Arpa, corda i ploma.

No hay bienestar que por mal no venga
  
El suave zarandeo del tren me adormece y, aunque intente mantener recta la cabeza, una y otra vez me incorporo repentinamente en mi asiento. Para espabilarme, me froto los ojos y decido hacer el esfuerzo de fijarme en todo cuanto tengo alrededor.

A lo lejos, puedo distinguir el final del largo pasillo del vagón y, asombrado, lo primero que observo es que, a pesar de ser el tren un cuerpo tan pesado, adopta por momentos una curiosa ligereza de pluma cuando recibe esas repentinas sacudidas.

Me llama la atención especialmente el hecho de que, durante esas bruscas y cortas descargas, todos esos idénticos asientos grises permanecen inmóviles, clavados sobre su base, mientras que sus ocupantes no dejan de oscilar de un lado a otro, todos ellos colgando de la misma cuerda e inclinándose en la misma dirección.

Paso a fijarme en la expresión de sus caras; no sé por qué, pero no puedo evitar pensar en la sumisa mujer que, estirada con la boca semiabierta y los ojos velados, suspira entrecortadamente con los brazos muertos sobre su cabeza mientras se deja hacer, abandonándose a las sacudidas que con demasiada prisa golpean su pelvis.

No obstante puedo distinguir, entre todos esos ojos empañados, la arrugada frente de alguien que se muestra intolerante y se esfuerza por no respirar ese aire soporífero que tan atontados deja a los pasajeros. A diferencia del resto, su mirada, un tanto violenta, sí parece ser consciente de su entorno; no puedo evitar sentir una profunda admiración hacia ese inquieto individuo que no deja de moverse, irritado, en su asiento, y, al contrario que todos sus complacidos compañeros de viaje, da la impresión de no estar conforme con el vaivén que hace sacudir su cuerpo; no sé cuánto tiempo llevará así, pero acabo de percatarme de que está fuertemente aferrado a su asiento con las dos manos. Parece que trata desesperadamente de resistirse al zarandeo que tanta placidez hace sentir a todos; recuerdo que al principio se mostraba visiblemente desconcertado y no hacía más que dirigir nerviosas y asustadas miradas a todos, como si no entendiera el motivo de tal pasividad en la conducta de la gente. Con el tiempo, ha pasado de eso a mirar con profundo asco a su alrededor, ofendido e indignado por la escasa resistencia que ha demostrado oponer la gente a los achaques a los que se ve sometida. Yo contemplo sorprendido la escena, y un extraño malestar me invade cuando me doy cuenta de que nadie hace el menor caso al rebelde comportamiento de aquel inconformista que por todos los medios trata de negarse a dejar conducir sus actos por una inercia que, a juzgar por su actitud, aborrece profundamente.


Exercici 12:

Escriure en relació aquesta imatge un poema, relat, assaig o conte.



Confieso

¿Qué es eso a lo que llaman progreso,
sino el sucio beso de la humanidad
en el seno obeso del exceso?

 ¿Esperamos así alcanzar ilesos
ese ambicioso devenir excelso,
mas sin usar, en el proceso,
siquiera un mínimo de seso?

¿Qué es eso a lo que llaman progreso,
sino ese camuflado retroceso
del que sin saberlo caímos presos?